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La actualización de un CPU

Actualización de la unidad central de procesamiento de una computadora es una tarea bastante fácil, aunque importante,. Al actualizar una CPU, tenga en mente las preocupaciones tales como las características térmicas, la compatibilidad de la placa base y el rendimiento del sistema. La actualización de un CPU debe durar sólo unos pocos minutos, pero requiere una cuidadosa atención a los detalles.

Preparación de la placa madre

Retire la placa de la carcasa del ordenador. Este proceso requiere la eliminación de los tornillos y las tarjetas adicionales en el montaje de la placa base. La eliminación de la antigua disipador de calor y el ventilador se requiere también. Una vez que se han completado estas tareas, la toma de la placa de la CPU está listo para que se instale la nueva CPU. Es una buena práctica para examinar zócalo de la CPU de la placa base para cualquier compuesto térmico que pudieran accidentalmente se han aplicado durante la instalación de la última procesador. Este compuesto es a veces conductor y debe ser eliminado.

Preparación de la CPU

En primer lugar, retire la CPU de su envase; siempre debe sostener por los bordes. Si su CPU tiene pasadores, tenga cuidado de no doblar o tocarlos. La grasa de los dedos puede provocar la termodinámica irregulares y cortocircuitos eléctricos dentro de la placa base. Por otra parte, cualquier contacto con los terminales podrían doblarse uno porque son muy frágiles. Contactos doblados hacen un procesador inútil y rara vez se pueden reparar. La alineación de los patrones de pines de la toma de la placa de la CPU y la CPU en sí es crucial, ya que están diseñados para caber en una sola orientación. Intentar insertar una CPU de forma incorrecta podría doblar las patas en él o la placa base.

Finalizar la instalación

Después de la CPU se ha insertado correctamente en el zócalo de la placa base, vuelva a colocar los soportes de retención que estaban allí anteriormente. Vuelva a colocar el disipador de calor y ventilador. Es importante tener en cuenta el punto de diseño térmico de la CPU. El TDP es una medida de la cantidad de calor, en vatios, que el procesador emitirá durante el funcionamiento. Asegúrese de que su disipador de calor y el ventilador de corriente son capaces de disipar una cantidad de calor igual o mayor que el TDP de la CPU. De lo contrario, correrá el riesgo de sobrecalentamiento y la destrucción de su nueva CPU.